Mi alma se desgarra a cada segundo de mí vida que pasa, me siento rota por dentro, siento que poco a poco me ser, mi cuerpo, se va despedazando, y cayendo en pequeños trozos que no podrán ser reconstruidos.
Me desgarro por dentro y no voy a hacer nada para evitarlo, porque va a ser inútil que intente reconstruir algo que jamás volverá a funcionar. No soy una muñeca sin sentimientos, soy una muñeca que cuando se rompe sus partes no podrán unirse nunca más, porque no volverán a encajar.
Aguantar el dolor por dentro no es divertido,y solo me dignaré a sonreír a cada recuerdo doloroso por muy dañado que acabe mi mente y mi cuerpo.
No volveré a mirar atrás, pero no sirve, porque siempre acabo por rendirme y volver mi vista a ese camino de piedras afiladas a lo que denomino mí vida.
Somos así, humanos inútiles con mucho orgullo y poca amabilidad.
Y sé que me estoy muriendo por dentro, donde habitan el inmenso dolor.