No me dejes atrás.

Nada, no se oía absolutamente nada. Nuestras respiraciones jadeantes, era el único sonido que se escuchaba...
Pronto lo acompaño mi llanto, sollozos tomentosos salían de mi, dejándome sin respiración.

-No -susurré tras el manto de mis lágrimas.

-No, otra vez no, por favor -musitó él, también con los ojos brillantes, era fuerte, no lloraba, aunque era lo que deseaba en estos momentos.

Llego hasta mi, y me abrazó, uniéndome fuertemente a él, mis espasmos eran cada vez más fuertes, temblaba de gran manera... Por mucho que me abrazase fuerte, no cambiaría nada, y él lo sabía.

Jadeé, cuando sentí sus labios sobre los míos, pero esto ya se había acabado, estaba destinada a sufrir, y no permitiría que personas tan perfectas como él sufrieran por mi causa.

Me separé lentamente, mirándole en todo momento, sentía como el tiempo se acababa y no podía retrasarlo más, sabía que esto era difícil, pero tenía que hacerlo.

Dí tres pasos atrás, y no era lo único que iba a dejar atrás. Ya no había un nosotros, ni una vida para mi, todo pronto terminaría, y eso me asustaba.

-No me dejes atrás, por favor -dijo él, cerrando fuertemente los ojos, pero era demasiado tarde, sus lágrimas se desbordaban a una velocidad alarmante de sus ojos.

-N -no, pu-uedo -tartamudeé yo, ya que no podía hablar a causa de todas estas sensaciones que sentía.

Me sentía demasiado cansada, agotada, exhausta.

Respiré y sin mirar atrás salí corriendo, perdiéndome entre el gentío.

A lo lejos se escuchó gritar mi nombre, era tan desgarrador, tan impactante, pero lo que hacía era lo mejor. No creía que era la opción correcta, pero si la que menos sufriría él.

Pronto, el cielo también empezó a llorar, y las gotas de agua, caían en mi, mojándome, mi cabello -ahora apegado a mi cara- me dificultaba la vista, y sin saber a donde me lavarían mis piernas, dejé que todo siguiera su curso.

Me caí, mi cuerpo pesaba demasiado, mi alma ya no podía más, me dejé estar en la mitad del bosque, moribunda, sin razón ya por la cual vivir.

Todo esto era mi fin, mi infeliz final.